11.17.2014

LA EMOCIÓN EN NUESTRO ENTORNO

Esta comprobado que el entorno que nos rodea influye en la forma en la que vivimos. Una estancia nos puede hacer sentir alegres, tristes, calmados, nerviosos...

Disfrutamos contemplando algunos lugares que nos parecen placenteros o visitamos otros que nos hacen sentir bienestar. Hay lugares que nos traen buenos recuerdos y otros a los cuales no quisiéramos entrar.


En todos ellos influyen las emociones que nos proyectan dichos lugares, por ello es tan importante incorporar la emoción y afecto en el proyecto de diseño.

Cada detalle es importante, las formas, los colores, el olor, los sonidos. Todos los sentidos juegan su papel a la hora de disfrutar una estancia o no disfrutar en ella.

Hay tres fases en un interiorismo a tener en cuenta; la visceral, conductiva y la reflexiva.
Nuestra respuesta visceral a los espacios y los objetos es la primera reacción instintiva que mostramos. Cuando comprobamos la funcionalidad del espacio nuestro cerebro genera una respuesta cognitiva. Y finalmente, las respuestas reflexivas son las que se producen a largo plazo.
En resumen, el diseño emocional hay que tener en cuenta estos tres factores:


Por lo tanto, es el momento de reenfocar las cosas; pasar de diseñar casas prácticas, que funcionan bien y se ven bien, a hogares que se disfruten, que reporten placer y hasta diversión a los usuarios.


Este es el objetivo del Cambio: 

"Hacer que nuestras vidas sean más placenteras."









"El proximo día te dare más claves sobre la importancia del cambio en los espacios en los que habitas"
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